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   Esta pregunta, y el apartado centrado en la literatura destinada a las infancias y juventudes, apunta a revisar creencias, representaciones estereotipadas sobre las personas destinatarias a quienes históricamente se las ha subestimado con propuestas que, lejos de focalizar en el objeto literario en cuanto a su materialidad y recursos,  han buscado hacer una literatura digerible sin matices y sin intención de interpelar a ese público estética y/o cognitivamente. Al decir de Ofelia Seppia (2001): "El descuido por un lenguaje verdaderamente literario y/o el abuso del lenguaje identificatorio es un rasgo muy fuerte en la literatura infantil y juvenil ya que demuestra su preocupación por el destinatario, es uno de los puntos débiles, uno de los modos más evidentes de pisar el palito. Del mismo modo, la ideología, o mejor dicho, la preocupación por la inculcación ideológica suele ser la forma en que los adultos -autores, editores o mediadores- manifiestan su concepción de niños y de jóvenes y por lo tanto la significación que le otorgan a la literatura a ellos destinada."

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   De acuerdo con lo expuesto, al hablar de la LIJ se cuenta con una vasta variedad de libros ofrecidos por las editoriales más como mercancía que como obra de arte. Así, al momento de seleccionar, usualmente docentes y familias eligen los textos a partir de la edad como factor determinante o se parte de criterios extraliterarios como la mayor o menor cantidad de escritura, las ilustraciones, la sugerencia de la contratapa o recuerdo de títulos que remiten a la propia infancia. En otras ocasiones, quien elige se permite hojear el texto teniendo en cuenta solamente la historia y centra su mirada protectora en el mensaje que transmite. Todos estos criterios resultan insuficientes y hasta inadecuados para definir un corpus de textos a ser leídos y enseñados. 

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   En este sentido, sólo aquellas personas que leen mucho pueden seleccionar textos significativos guiándose no sólo por el criterio de la edad, sino por las experiencias de lectura de esas infancias y juventudes. De ahí que se requiera revisar las propias ideas y ejercer de manera crítica la tarea de elegir discursos literarios que, por sus potencialidades, ofrecen la oportunidad de imaginar otros mundos posibles... 

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¿Por qué hacer referencia a la literatura infantil y juvenil (LIJ)?

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